Te has gastado una cantidad de dinero significativa para tener una cocina que resulte realmente llamativo y con el paso del tiempo te has dado cuenta de que hay un enemigo con el que cuesta mucho luchar: el tono amarillento que aparece en algunos electrodomésticos.
Puede pasar en la cocina, pero también es un efecto que se puede dar en otras estancias de la casa como el baño y suele afectar a electrodomésticos de color blanco. Con el paso del tiempo estos pueden adquirir un antiestético tono amarillento, pero es algo que puedes evitar con este sencillo truco.
Del blanco al amarillo
Hay que tener en cuenta que los electrodomésticos de casa pueden amarillear por distintas razones. Desde la exposición prolongada a la luz solar, que puede causar decoloración en los plásticos y otros materiales, pasando por la acumulación de humo, grasas y residuos de cocina que pueden contribuir a la decoloración y amarilleo, el uso de productos de limpieza inadecuados y cómo no, el envejecimiento natural que hace que con el tiempo, los materiales plásticos y otros materiales utilizados en la fabricación de electrodomésticos puedan experimentar cambios de color.
Además no hay que olvidar lo que influye la calidad de los materiales empleados. A menor calidad más posibilidades hay para que los electrodomésticos puedan terminar siendo víctimas de la decoloración y al amarilleo.
Para prevenir el amarilleo de los electrodomésticos, es importante limpiarlos regularmente con productos adecuados para el material específico, así como evitar la exposición prolongada a la luz solar directa y mantener una buena ventilación en la cocina para minimizar la acumulación de residuos de comida y humo. Pero además, puedes usar métodos caseros, sobre todo cuando se trata de quitar manchas difíciles. Vas a necesitar los siguientes ingredientes:
- Agua caliente
- Bicarbonato de sodio
- Vinagre
- Cloro
- Agua oxigenada
- Una cuchara de plástico y un recipiente de plástico o un pulverizador
- Una esponja limpia y absorbente
- Una toalla de microfibra seca y una húmeda
De entrada, limpia toda la superficie con agua y algo de jabón para eliminar la suciedad más superficial, la que sea más fácil de quitar y de paso para acabar comparte grasa acumulada. Luego usa alguno de estos métodos.
El primero pasa por mezclar una cucharada sopera de bicarbonato, media taza de cloro y un poco de agua oxigenada con un poco de agua tibia y remover para lograr una mezcla uniforme. Luego aplica el resultado en una esponja y frota suavemente la superficie para luego secar con una toalla limpia.
Para acabar con ese tono amarillento también puedes crear una mezcla usando agua y añadiendo dos cucharadas de bicarbonato. La mezclas para crear una pasta que aplicas y luego frotas suavemente. De esta forma podrás eliminar la grasa que provoca las manchas a la vez que eliminas olores impregnados.
Igualmente puedes optar por aplicar vinagre blanco en las zonas más problemáticas, como pueden ser los tiradores. El vinagre blanco es un desinfectante natural que también puede ayudar a eliminar manchas amarillas. Puedes mezclar vinagre y agua tibia y mojar el trapo o bien usar un pulverizador y luego frota la superficie con un paño limpio. Para terminar, asegúrate de enjuagar bien.
Otro truco pasa por aprovechar la pasta de dientes que tienes en casa, ya que puede ser efectiva para eliminar manchas en superficies de plástico o metal. Aplica una pequeña cantidad de pasta de dientes sobre la mancha y frota suavemente con un paño o esponja. Luego, enjuaga bien con agua tibia.
Dicho esto, ten en cuenta que la mejor forma de prevenir la aparición de esos tonos amarillentos es limpiar de forma periódica los electrodomésticos de la cocina. De esta forma evitarás la acumulación de grasa y suciedad.
Recuerda que como decimos siempre, es recomendable probar estos métodos en una pequeña zona poco visible primero para asegurarte de que no dañen la superficie del electrodoméstico.
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