Por qué deberías poner sal gorda en el inodoro todas las noches

  • La sal tiene propiedades antibacterianas que pueden contribuir a reducir las bacterias

  • Si la mezclas con bicarbonato y un aceite esencial, puedes mejorar el resultado y además perfumar el baño

Giorgio Trovato 876np3npumc Unsplash
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Entre las prácticas curiosas que hemos observado que muchas personas aplican en el inodoro, la de usar Coca-Cola es una de las más sorprendentes, pero no es la única y otra gente usa este medicamento. Otra que puede llamar la atención es la de echar sal gruesa todas las noches.

Este método busca facilitar la higiene y la limpieza de un elemento fundamental del baño. Poner sal gruesa en el inodoro tiene varios beneficios, especialmente cuando se usa como una solución natural de limpieza y mantenimiento. Además, es una opción económica. Vamos a ver cómo se puede aprovechar este truco sin recurrir a productos químicos.

Sin usar el limpiador del "super"

Limpiar

La base de este truco es sencilla, pero tiene mucha lógica. Se trata de aprovechar el uso constante de la sal gruesa y su poder como agente abrasivo para eliminar depósitos minerales, manchas de sarro u óxido que se forman en el interior del inodoro, dándole con el tiempo un aspecto oscuro y desagradable.

Al dejar actuar la sal durante la noche, esta puede ayudar a aflojar la suciedad adherida, facilitando su limpieza al día siguiente. Además, aunque no se compara con un desinfectante comercial, la sal tiene propiedades antibacterianas que pueden contribuir a reducir las bacterias en el inodoro.

Para aplicar este truco, simplemente vierte una cantidad de sal en la taza del inodoro cada noche, antes de dormir y cuando ya no se vaya a usar hasta la mañana siguiente (exceptuando emergencias). De esta forma, la sal actuará durante toda la noche, y por la mañana solo necesitarás tirar de la cadena para eliminar los restos de suciedad y microorganismos.

Puedes potenciar este truco añadiendo bicarbonato de sodio y aceite esencial. En este caso, necesitarás 250 gramos de bicarbonato de sodio, 250 gramos de sal gruesa y 25 gotas del aceite esencial de tu preferencia (lavanda, cítricos, menta, etc.).

Mezcla todos los ingredientes en un recipiente y, al igual que en el caso anterior, viértela en la taza del inodoro antes de dormir. A la mañana siguiente, vierte agua caliente en el inodoro y tira de la cadena para que haga efecto. Este método se beneficia del poder antibacteriano y limpiador del bicarbonato y la sal, mientras que el aceite esencial aporta un aroma agradable y sutil.

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Es importante recordar que no se debe tirar cualquier tipo de sustancia por el inodoro. Incluso las toallitas húmedas, aunque algunas se promocionen como "biodegradables", no se desintegran fácilmente y pueden obstruir las tuberías. Lo mismo ocurre con el algodón y los hisopos, que no se descomponen en el agua y pueden acumularse, causando bloqueos.

Además, ya hemos visto que no es recomendable utilizar productos químicos agresivos para desatascar desagües, ya que suelen causar más daños que beneficios.

En conclusión, la sal gruesa no sustituye una limpieza completa con productos específicos, pero puede ser un excelente complemento en la rutina de mantenimiento del baño.

Foto de portada | Giorgio Trovato en Unsplash

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