Ya tenemos el frío encima, lo que significa que probablemente ya hayamos hecho uso de nuestros sistemas de calefacción para calentar nuestra casa (o sea una cuestión de días). Si tienes una estufa o radiador eléctrico, malas noticias: según la OCU, es uno de los tipos de calefacción que más gasta pero que no cunda el pánico porque a continuación te damos algunos trucos sencillos y efectivos para estar caliente en casa manteniendo a raya el coste de la factura de la luz.
Cuál es su sitio ideal para optimizar su funcionamiento
A menudo tendemos a dejarnos llevar por la comodidad para determinar dónde colocar la estufa: o bien cerca de donde estamos (por ejemplo, al lado de nuestro puesto de trabajo), donde haya un enchufe próximo o donde no moleste, tres razones que no son lo mejor desde el punto de vista de optimización de funcionamiento.
La idea es tratar de calentar una habitación o incluso una vivienda (en función de su tamaño y la capacidad calorífica de la estufa), por lo que el lugar ideal debe ser en una posición céntrica y alejada de puertas, ventanas y paredes, lo que permitirá que el calor alcance más área de forma más o menos homogénea y no desperdiciemos energía. En este sentido, conviene evitar que haya objetos cerca que puedan obstaculizar el flujo de calor, por ejemplo detrás del sofá.
¿Y si no tengo un enchufe cerca? Entonces puedes colocar un alargador (mucho ojo con usar una regleta), siempre y cuando este soporte las especificaciones de potencia de la estufa, que son por lo general altas.
Ojo con el nivel de potencia
Es bastante común poner el radiador eléctrico cuando llegamos y descubrimos que hace frío, por lo que lo que nos pide el cuerpo es ponerlo al máximo con la idea de alcanzar el confort térmico cuanto antes.
Desde el punto de vista del ahorro energético, esto no es una buena idea: el calor procedente de una estufa es puntual y centralizado, por lo que de poner la estufa al máximo a usar niveles intermedios apenas va a notarse en cuanto a tiempo (suponiendo que las capacidades de la estufa están correctamente dimensionadas respecto a la estancia), pero sí en el bolsillo.
Ten en cuenta que estufas y radiadores eléctricos tienen un consumo generalmente elevado, que puede ser de hasta 2,5 kWh en pleno funcionamiento. Si optamos por los modos más bajos o eco, esta cifra puede bajar al 1kWh, bastante menos, especialmente si tenemos en cuenta que va a estar encendida varias horas. Echa un vistazo al manual del fabricante para comprobar sus especificaciones de potencia.
El tiempo de funcionamiento y su aprovechamiento
Si quieres gastar menos en tu factura de la luz usando un radiador eléctrico, lógicamente lo ideal es tenerlo encendido lo justo y necesario. Un problema bastante común es que al llegar a una estancia notamos que está fría, encendemos la estufa y estaremos un rato todavía pasando frío hasta alcanzar el confort, sin embargo cuando salimos de ella y lo apagamos, esa habitación vacía queda un periodo de tiempo a una temperatura confortable. En resumen: lo que interesa es que la estancia esté a buena temperatura cuando estamos en ella, no después.
Aquí hay dos consejos a tener en cuenta: es conveniente contar con un radiador o estufa eléctrico con conectividad, lo que por ejemplo puede permitirnos encenderlo a distancia escasos minutos antes de entrar en la sala (algo que agradecerás enormemente cuando llegues) y que puedes apagarlo minutos antes de salir de ella, ya que el calor se conserva un tiempo. Para esta última función un programador - temporizador te será muy útil.
Pero ni estufa eléctrica no es conectada: no es problema, si es un modelo antiguo con botones mecánicos (imprescindible), siempre puedes colocarle detrás un enchufe inteligente (recuerda: siempre y cuando cumpla las especificaciones de potencia).
Existe un factor más: la tarifa de electricidad que tengas contratada. Si tienes una con discriminación horaria, probablemente te salga más a cuenta aprovechar esas horas más baratas para encenderla y mantener la estancia caliente.
¿Cuánto tiempo tiene tu estufa?
Si tienes una estufa o radiador eléctricos veteranos en casa, quizás sea momento de echar cuentas. Quizás que sea simple y que no caliente mucho te lleve a pensar que no consume demasiado, pero no tiene por qué. La eficiencia energética ha avanzado enormemente en los últimos años y te puedes llevar una sorpresa: que tu pequeña y vieja estufa gaste más que una estufa más grande y moderna.
Sí, comprar otro electrodoméstico de este tipo supone una inversión, pero si apostamos por modelos de bajo consumo y conectividad, a medio plazo nos saldrán las cuentas.
No obstante y si tu estufa todavía funciona bien y su consumo es moderado, siempre te queda la opción de comprar un enchufe inteligente a módico precio.
Pon tu granito de arena: ventila en el momento adecuado
Hasta el momento hemos hablado de decisiones relativas al funcionamiento de la estufa eléctrica, pero también podemos contribuir minimizando su funcionamiento interviniendo en el ambiente. ¿Cómo? Cerrando puertas y ventilando lo justo y en el mejor momento para hacerlo.
Si usamos el radiador eléctrico para calentar la estancia en la que estamos, entonces es conveniente cerrar la puerta para favorecer la concentración del calor. Si la idea es calentar un pequeño piso y estudio, entonces cierra aquellas puertas de las habitaciones donde no vas a estar.
Luego está la cuestión de la temperatura ambiental: no es lo mismo encender el radiador en una sala a 14 grados que hacerlo en una que está a 17 grados. Para ventilar una habitación basta con unos pocos minutos y en los meses fríos, lo más conveniente es hacerlo cuando más calor hace, es decir, a medio día o primera hora de la tarde, evitando abrir a primeras y últimas horas del día, cuando la temperatura exterior es más baja.
Si conseguimos que la temperatura de la casa baje menos, menos tendrá que trabajar la estufa (en potencia y tiempo), lo que se traducirá en menor consumo eléctrico.
Vía | RedesZone
Portada | Cecotec
En Xataka Home | Un enchufe conectado es el mejor aliado contra el frío este invierno: así uso el mío