Seguro que os ha pasado alguna vez ir caminando sobre una superficie de madera tratada con recubrimiento plástico, vinilo o similar que os cargáis de electricidad estática lista para daros un chispazo cuando menos lo esperáis. ¿Por qué no recoger esta energía desperdiciada?
Esto es lo que se han planteado en la Universidad de Wisconsin, aprovechando el efecto triboelectrico, que básicamente consigue transformar en electricidad el rozamiento producido por dos materiales.
En concreto, por unas nanofibras de celulosa tratadas químicamente y las fibras convencionales del suelo de madera tradicional. La intención de este proyecto de investigación es desarrollar un material que sea posible insertar fácilmente durante el proceso de producción de las clásicas láminas de suelo que tenemos en muchas casas.
Según los responsables de la investigación, estas nanofibras son muy baratas de producir e introducir, por lo que el precio final de las baldosas o láminas no debería ser muy superior al que actualmente tienen este tipo de materiales de construcción.
¿Para qué pueden servir? Pues para recolectar y transformar la energía de nuestros pasos en electricidad con la que recargar gadgets, sensores o alimentar equipos más grandes del hogar conectado. Por el momento se trata solo de un proyecto universitario, pero si realmente el precio es similar al de las láminas convencionales podría tener un futuro bastante prometedor.
Más información | Universidad de Wisconsin
