A la hora de calentar la casa hemos visto todo tipo de soluciones que van más allá de los sistemas de climatización clásicos. Desde pequeños trucos para mejorar el uso de radiadores, aparatos que podemos llevar de un sitio a otro, pasando por suelos radiantes, alfombras térmicas o lo que ahora toca, muros radiantes.
Si hace poco vimos unas paredes con un novedoso sistema de climatización que se asemejaba circuitos eléctricos, ahora toca ver un diseño algo más clásico, pero que tiene la misma finalidad: convertir las paredes en radiadores gigantes.
Las paredes que dan calor
Ya sabemos que las paredes es una de las zonas de las casas por las que se suele perder calor. Dejando a un lado el empleo de aislantes como la lana de roca durante la construcción, hemos visto trucos que permiten aprovechar mejor el calor de los radiadores para que no se escape por la porosidad de los muros.
Pero este sistema va un poco más allá, y es que busca convertir las paredes de la casa en una especie de radiadores gigantes. Un sistema que se basa en la colocación de una serie de serpentines en la pared que conducen el agua caliente de la caldera (o de otra fuente) y de esta forma logran un efecto similar al que tiene un suelo radiante.
En este sentido, en cada pared, se instala una conducción con tubos (serpentines) que forman un circuito similar al que tiene un suelo radiante o un sistema de radiadores en casa, solo que queda oculto detrás de los muros.
Por este circuito de tuberías circula el agua caliente y esas tuberías, según se van calentando, van generando un calor que por radiación termina liberándose a través de las paredes por el resto de la estancia. Un sistema de tuberías basado en el uso de tubos de polipropileno que se instalan en la base de la pared, para aprovechar el efecto ascendente de aire caliente.
Con este sistema, el calor se irradia desde los laterales hacia el interior de la habitación, lo que favorece la aclimatación de la estancia de una manera más uniforme. Para lograr un mejor aprovechamiento del calor que generan, este sistema de tubos "calientes" se instala entre la capa de aislante del piso y la pared que da a la habitación para que el calor generado no se desperdicie hacia la fachada.
Además de poder instalarse en vertical u horizontal, no impiden que se puedan hacer agujeros en la pared para colgar cuadros, estanterías o hasta el televisor (la única precaución es tener claro por dónde circulan los tubos).
Y un aspecto que no podemos olvidar es el de la salud. Y aunque hay que desmentir el mito de que el suelo radiante produce várices, no podemos pasar por alto que la sustitución de radiadores por muros radiantes puede evitar problemas clásicos.
El uso de radiadores para calefacción puede contribuir al aumento del polvo y la presencia de ácaros en el ambiente de una vivienda. Los radiadores pueden acumular polvo en su superficie y alrededor de ellos. El polvo puede dispersarse en el aire cuando el radiador está en funcionamiento. Eso por no decir que un sistema de radiadores es menos eficiente al perder calor cuando funciona.
Además, hemos hablado de un agua caliente generada por una caldera, pero al igual que ocurre con los suelos radiantes, también se pueden aprovechar otros sistemas de calefacción, como son las bombas de calor para aerotermia o la geotermia.
Pero este sistema no solo sirve para dar calor, y es que gracias a la circulación de agua fría se puede usar también en verano para refrescar y enfriar una habitación. El agua que circula baja temperatura por las paredes sirve para sorber el calor del ambiente.
Imagen portada | Pared Radiante
Vía | Omicrono
En Xataka SmartHome | Este es el truco infalible para calentar la casa con los radiadores en menos tiempo y ahorrar en la factura mensual
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