Hemos instalado tantas placas solares que hay días donde producimos demasiada energía, y esto es un caro problema

El boom de las renovables ha hecho que muchos usuarios se animen a instalar paneles en casa, algo que tiene también sus consecuencias negativas

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En los últimos años el autoconsumo energético se ha puesto de moda, ofreciendo a muchos consumidores la capacidad de obtener la energía eléctrica instalando en el hogar, local o comunidad de vecinos paneles solares fotovoltaicos u otros sistemas de generación renovable y así no depender tanto de la red eléctrica convencional.

Esto ha hecho que la economía de mercado entre en juego, que los precios de los paneles hayan bajado notablemente y que cada vez más personas e inversores se sintiesen atraídos por este tipo de instalaciones. Y no hace falta que sean grandes paneles con mucha potencia. Hay opciones para todas las necesidades, presupuestos y tipos de vivienda, con modelos que incluso podemos colocar en un balcón o terraza.

Sin embargo, este boom de las renovables está teniendo algunas consecuencias negativas imprevistas debido al exceso de producción energética de algunas regiones que ya estamos empezando a vislumbrar.

El exceso de producción eléctrica también es un problema

Fre Sonneveld Q6n8nirdqhe Unsplash Imagen portada: Fré Sonneveld

Puede parecer que cuanta más energía limpia seamos capaces de producir, mejor para todos. Pero la realidad es que el exceso de producción plantea un dilema sobre todo cuando la demanda de producción ha ido cayendo en los últimos años en España.

El sistema eléctrico tiene que tener un equilibrio para funcionar correctamente, ya que la demanda de electricidad debe igualar a la generación. Sin embargo, ahora mismo tenemos tanta producción en determinadas horas del día que la red recibe ingentes cantidades de energía procedente de las placas solares y de los generadores eólicos que no es capaz de absorber.

Si este equilibrio entre oferta y demanda desaparece, lo que hace que bajen los  precios e incluso los coloca en negativo en el mercado mayorista en algunas franjas horarias y en ciertos días muy soleados o cuando hace mucho viento.

Pero esto debería ser bueno para los consumidores, ¿no? Pues a corto plazo sí, ya que las facturas energéticas bajan. Pero lógicamente los precios bajos desmotivan a los inversiones hacia la industria energética y, paradójicamente, pueden ser un obstáculo para la transición energética.

Actualmente todavía hace falta renovar muchas instalaciones para electrificar sectores importantes en España, como los químicos y los metales. Y si los precios de la energía están demasiado bajos, pocos querrán acometer dichas inversiones.

Además, los picos de energía renovable hacen que haya que parar instalaciones de forma puntual, como las plantas de gas, que ya no siempre funcionan de manera continua. Trabajan solo unas horas y luego se detienen, incurriendo en costes adicionales solo por arrancar. Estos costes se tienen que compensar de alguna manera, lo que a largo plazo y fuera de estos picos energéticos hace aumentar los precios de la luz.

En este sentido, mejorar la flexibilidad de la red es clave, y una de las formas para hacerlo pasa por incrementar la capacidad de almacenamiento de energía mediante la instalación de baterías a pequeña y gran escala.

Instalar baterías permite hacer coincidir la generación eléctrica con la demanda de electricidad durante el día y la noche, una solución que ya se están planteando el algunas regiones como en California. Sin embargo, dicha opción es todavía un poco utópica, ya que el coste es elevado tanto para usuarios domésticos como para grandes instalaciones.

Imagen portada | Benjamin Jopen

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