El precio de la electricidad se ha estabilizado en niveles elevados durante los últimos meses, a pesar de las diferentes medidas tomadas por el Gobierno como el tope al gas o la rebaja del IVA a la mitad. De ahí que muchos usuarios sigan haciendo cálculos para ver qué tipo de tarifa les compensa más, si la clásica en el mercado regulado (PVPC) o una en el mercado libre.
En este último caso hay multitud de ofertas de distintas comercializadoras que pueden resultar atractivas, aunque según ha publicado la OCU en su último estudio algunas consiguen este atractivo por medio de ocultar o enmascarar ciertos costes de forma que el usuario no se dé cuenta del precio real a pagar.
Precios variables más atractivos ocultando los costes fijos
El truco para que las tarifas parezcan mucho más atractivas que las de la competencia es sencillo y consiste en ofrecer un valor del kilovatio hora consumido más económico de forma que al usuario, al ser la cifra que habitualmente se compara entre compañías, le parezca que está contratando un chollo.
Sin embargo, como es lógico la compañía eléctrica no va a vendernos la luz por debajo de su coste, así que lo que hacen para compensar esa oferta tan barata es cobrar más por la cantidad fija en la factura de la luz, esa parte que pagamos consumamos o no electricidad en función de la cantidad de kilovatios hora (kWh) contratados.
Según comenta la OCU, estas tarifas con costes fijos elevados, además de resultar falsamente atractivas, reducen el ahorro que se puede conseguir gastando menos energía o poniendo paneles solares, porque el término fijo de la factura no depende del consumo.
Por tanto, son contraproducentes para lograr los objetivos de eficiencia energética y sostenibilidad que trataba de conseguir la nueva factura de la luz que entró en vigor en 2021, ya que su intención era crear una serie de periodos con la luz más cara y otros más barata para fomentar el traslado los consumos a las franjas de menor costes y aprovechando mejor los recursos energéticos.
Muy bien pero ¿cómo de importante es esta práctica en el sector? Pues OCU ha analizado el importe de ese concepto en las tarifas de junio de 2021 y lo ha comparado con las tarifas actuales en 2023 para ver las diferencias.
Así, han obtenido que el margen medio de beneficio por este concepto que las comercializadoras tienen que abonar a las distribuidoras ha subido de 24,40 euros a 83,10 en dos años para un hogar con 4,6 kW de potencia contratada.
Los aumentos se aplican en todos los horarios, pero son más altos en el horario valle. Para un usuario con 4,6 kW en horario punta y 6,9 kW en horario valle que carga un coche eléctrico, algunas tarifas disparan este margen hasta los 280 euros, casi 200 más que el más alto que cobraron en 2021.
Además, en la publicidad y en las facturas hay compañías que indican el precio de la potencia contratada por día, otras lo hacen por mes o por año y variando entre periodos punta y valle. De este modo resulta más complejo para el posible cliente comparar las distintas opciones y saber si el término fijo de potencia que van a contratar es caro o barato.
¿Cuál es entonces la recomendación que nos hacen desde la OCU? Pues que tengamos mucho cuidado al elegir una tarifa en el mercado libre, sobre todo, si queremos mantener una potencia elevada en horario valle. Quien tenga acumuladores o un coche eléctrico y 6,9 kW de potencia contratada en hora valle se expone a pagar hasta 378 euros anuales más por el margen de comercialización, frente a un máximo de 135 euros que se pagaba en 2021.
Imagen portada | Ozkan Guner
Más información | OCU
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