Cuando los técnicos vienen a nuestro hogar para realizar una instalación fotovoltaica, deben de tener presentes toda una serie de parámetros para dimensionar correctamente la instalación y proceder con el montaje en nuestro tejado. Entre estos parámetros, es muy importante para el usuario conocer la diferencia fundamental entre dos unidades de medida que nos ayudarán a aclararnos sobre el nivel de producción de potencia y energía de nuestra instalación: el kW y el kWp.
Bajo estas líneas te vamos a explicar cuál es la diferencia entre estas dos unidades de medida y sus implicaciones para entender correctamente el funcionamiento de la producción energética solar y optimización del sistema.
Diferencias entre kilovatio y kilovatio-pico en una instalación
El kW (kilovatio), es una unidad de medida que hace referencia a la potencia. Representa la cantidad de potencia que un dispositivo o máquina consume o produce en un instante determinado. En el caso de una instalación fotovoltaica es una medida muy común, ya que se hacen uso de dispositivos, aparatos y herramientas que producen y consumen potencia para el correcto funcionamiento de los mismos.
No obstante, en fotovoltaica también se utiliza una unidad de medida similar pero con ciertos matices: el kWp (kilovatio-pico). En este caso, se trata de una unidad de medida que hace referencia a la potencia máxima que puede suministrar o consumir un determinado elemento. En el caso de los paneles solares, si se cumplen las condiciones estándares de medida (STC), que son una irradiancia de 1000 W/m² y una temperatura de 25 grados centígrados, el panel o la instalación en su conjunto producirán una cantidad determinada de potencia pico, representada en Wp o kWp.
Esta cantidad de potencia expresada en dicha unidad de medida hace referencia a la potencia máxima que puede suministrar el sistema en las condiciones óptimas. Mientras que el kW es una medida que expresa la potencia en un determinado instante de tiempo, el kWp es una unidad de medida que nos ofrece información acerca de la potencia máxima a la que puede alcanzar un dispositivo en unas condiciones determinadas.
Si el valor de esta potencia lo multiplicamos por el tiempo de funcionamiento del sistema nos dará la capacidad de producción energética de nuestra instalación para las condiciones ideales. Sin embargo, la producción energética de una instalación fotovoltaica depende de muchos factores, entre ellos la luz solar que se reciba desde las células, la temperatura ambiente (que afecta al rendimiento de los paneles), la inclinación y orientación de los módulos, las sombras generadas, suciedad de los paneles y mucho más.
Por tanto, la potencia que nuestros paneles pueden llegar a producir nunca alcanzará los valores de la potencia-pico en condiciones ideales debido a los factores descritos antes y por otros tantos motivos. Por ello existe un factor de rendimiento que toma en cuenta la potencia de salida real y potencia máxima de la instalación. Este factor suele variar entre un 15% y 25% en función de las condiciones y la instalación.
Imagen de portada | Bill Mead
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