Cada vez tenemos más dispositivos, electrodomésticos y objetos domésticos conectados entre sí y a Internet. En poco tiempo prácticamente cualquier gadget que compremos, e incluso utensilios y muebles tendrán incorporada algún tipo de conectividad, dando forma a una parte de lo que llamamos la Internet de las cosas.
Para ello aún falta algo de tiempo, siendo necesario popularizar interfaces estandarizadas que faciliten el proceso. Esto es lo que la start-up Electric Imp quiere ofrecernos, gracias a sus pequeñas tarjetas WiFi con procesador Cortex-M3 que pueden acoplarse a casi cualquier dispositivo y a sus kits para desarrolladores.
Las tarjetas tienen un formato similar al de las actuales memorias SD, pero además de incorporar conectividad WiFi compatible con WEP, WPA y WPA2, tienen un microprocesador integrado y seis salidas para comunicarse con el exterior(UART, I2C y SPI).
Se insertarán en unos circuitos especialmente diseñados para ello, que la empresa ofrece en diferentes formatos en función de las necesidades de cada fabricante y que incorporan, dependiendo del modelo, todo tipo de sensores, acelerómetros, detectores de presencia, de sonido, etc.
Electric Imp funciona con cualquier dispositivo, sólo es necesario instalarle una de estas placas de circuito, no necesitando un sistema centralizado de control, como sucede con otros equipos de domótica. Además, se configura y maneja todo desde los teléfonos móviles (iOS y Android), a través de una aplicación que permite el emparejamiento rápido y sencillo de los dispositivos a nuestra red.
Muy bien pero, ¿para qué se puede usar todo esto? Pues la idea es que cada fabricante o particular lo use para crear nuevas aplicaciones hasta ahora inimaginables. En el ejemplo del vídeo se nos muestra como se ha utilizado para crear un sensor que detecta cuando la cantidad de agua de un recipiente baja de un cierto nivel, enviando una señal a la red para actuar en un indicador.
Pero las posibilidades van mucho más allá. Por ejemplo detectores de presencia, de iluminación, de apertura de puertas o ventanas, de movimiento de objetos, gestión de inventarios, creación de actuadores que se activen ante determinadas condiciones, etc. Y todo ello gracias a la interconexión permanente y de forma inalámbrica a Internet, en donde además existirá una plataforma cloud desde donde se podrán recibir actualizaciones con más funcionalidades.
La verdad es que suena muy interesante. Veremos las aplicaciones prácticas que van surgiendo cuando se pongan a la venta las primeras tarjetas y kits el próximo junio por unos precios que oscilarán desde los 10 y 20 dólares de los circuitos hasta los 25 de las tarjetas.
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