La televisión se ha convertido en un electrodoméstico fundamental en nuestras vidas. Es un centro de ocio, que nos permite disfrutar de las mejores películas, los documentales más fascinantes o las retransmisiones deportivas que más nos apasionan. Pero también se ha transformado en una ventana al mundo que nos ayuda a ser testigos de la información que se gesta en un universo que se mueve a una velocidad de vértigo.
La televisión nos ofrece relax y adrenalina, pasión y miedo, objetividad y opinión, poesía y realidad... Por ello, no es de extrañar que las empresas desarrolladoras de estos aparatos se encuentren cada vez más interesadas en aportar mejoras a un objeto tan crucial para los espectadores. Implementar la imagen, el sonido, el tamaño, las prestaciones, su funcionalidad, su comodidad de uso... y su diseño. Ahora, en este 2014, la tecnología ha dado un paso más en la evolución de las pantallas y nos presenta una auténtica revolución, el Smart TV curvo. Samsung es el responsable de ello, al ofrecernos el primer televisor curvo UHD del mundo.
¿Un televisor curvo?
Como leéis, lo que hasta ahora parecía una ensoñación de las historias de ciencia ficción, se ha convertido en realidad. Si tenemos la tecnología UHD, que nos trae las imágenes en la más alta calidad, si las Smart TV están desarrollando infinitas aplicaciones y funcionalidades, para cubrir todos los campos y necesidades del usurario ¿cómo no iba a evolucionar el diseño de un televisor para conseguir que el ojo humano perciba las imágenes emitidas de la manera más perfecta posible?
Estudios sobre la tecnología se unen a análisis biológicos para establecer, sí o sí, cuál es la manera óptima en la que un individuo es capaz de percibir las imágenes de la forma más completa, es decir, de qué forma esos píxeles y su forma de visionarlos se pueden acercar todo lo posible a la observación fehaciente de la realidad, a los objetos que tenemos a nuestro alrededor. Por ello, ha llegado el momento de las pantallas curvas. La tecnología curva es el paso evolutivo más claro y lógico, pues no hace sino adaptarse a las necesidades reales de los hábitos de las personas cuando consumen televisión.
Los beneficios son reales y están demostrados, y si antes la tecnología no era capaz de escalar hasta este paso, ahora, por fin, lo ha logrado. Sólo tenemos que fijarnos en la última edición de CES, la feria sobre electrónica de consumo más importante a nivel internacional. En ella, el 72% de los visitantes corroboraron que la imagen en los paneles curvos aumentaba su calidad respecto a los televisores planos.
¿Por qué la pantalla curva es tan especial y única? Fijémonos en algunas de sus características principales y no nos costará entenderlo.
Un nuevo sentido para el campo de visión
Una de las claves para entender porqué una imagen en un dispositivo curvo se ve mejor que en uno plano atiende a las leyes de la física más elemental. La pantalla curva permite un visionado completo y uniforme desde la misma distancia, en la que incluso los bordes de la pantalla se ven con igual nitidez y calidad.
De hecho, los bordes son una de las cuestiones principales en este punto, pues el diseño curvo los "acerca" al espectador y crea un campo de visión con mayor amplitud, por lo que percibimos que la pantalla de nuestra televisión es mucho más grande. Evidentemente, esto se traduce en un visionado más envolvente y rico, con el que el espectador se siente inmerso en las imágenes, transportado a aquello que su televisor curvo le está mostrando.
Este efecto panorámico y de amplitud en el campo de visión responde, ni más ni menos, que al funcionamiento de nuestros ojos y, para ser concretos, de las células de la retina. Pues, es sabido que cuando el campo de visión supera los 30 grados, estas células se activan. Son 1.000 veces más sensibles al movimiento y es por ello que su respuesta manifiesta un visionado mucho más completo y enriquecedor, que modifica la manera de ver televisión, haciéndola más inmersiva y gratificante.
Por supuesto, en este punto, no puede descuidarse ni un detalle concerniente a la resolución de la imagen, y el generar una auténtica y verosímil profundidad de campo es primordial. Si atendemos a tecnologías como Auto Depth Enhancer, lo entenderemos mejor; pues, el algoritmo que aplica estudia cada imagen, cada frame, analizando la disposición de los objetos en el plano y los traslada hasta los espectadores tal y como se percibirían en la realidad. Es decir, identifica el primer plano, el plano medio y el fondo y lo trabaja de diferente manera, analizando el brillo, el color y otorgando el contraste necesario para cada área. Como decimos, la proximidad a la percepción de la realidad es el objetivo.
La imagen más óptima
Ver la televisión a través de una pantalla curva acerca nuestra experiencia audiovisual a hacerlo en una pantalla de cine, con su amplitud y calidad de imagen. La ingeniería tecnológica de estos nuevos televisores cuenta con un avanzado panel de 4,2 metros de radio, para asimilarse completamente a la distancia media con la que un espectador hace su visionado.
La naturalidad es otro de los factores fundamentales, pues la tecnología está pensada para que los televidentes vivan el momento de colocarse frente a su receptor curvo de una manera totalmente orgánica y uniforme, pero, por otro lado, de forma espectacular y única. Aunar ambos objetivos no es nada sencillo.
El radio de curvatura que poseen los nuevos televisores está diseñado para ofrecer los mejores ángulos de visión desde cualquier posición. Elemento que resulta primordial cuando hablamos de la distribución del salón de una vivienda, en el que los diferentes asientos están ubicados por cuestiones de espacio y geografía, y no atendiendo a la disposición de un televisor.
Esto es algo que puede provocar defectos en el visionado, una cuestión que el televisor curvo ha estudiado al máximo, adaptando su diseño a las necesidades reales de las personas, sin tener que preocuparse de dónde están sentadas, sólo de disfrutar al máximo de sus series y películas, en una experiencia que invita a dejarse llevar.
Porque, como decimos, la clave está en que el televisor se ha de amoldar a las características humanas y no al revés, como se venía produciendo en el pasado. El ojo humano percibe de manera mucho más natural una imagen en pantalla curva que en una plana, lo que se traduce en una menor distorsión y un disfrute real y completo de la imagen; desde la comodidad más absoluta.
De igual forma, resulta fundamental el tratamiento que el televisor realiza de cada una de las imágenes, en las que los diferentes planos deben ser concebidos de manera única para devolvernos esa aproximación a la realidad que tanto demandamos. La tecnología Auto Depth Enhancer se ocupa de ello, permitiendo una profundidad en la escena y un trabajo en el contraste de imágenes como nunca antes se había visto. Un algoritmo de movimiento es el responsable de este increíble resultado que nos acerca la televisión a un efecto muy parecido a la experiencia que tenemos viendo una pantalla en 3D. Así, se logra una percepción de la imagen en la que la profundidad de campo permite una experiencia totalmente inmersiva, en la que los elementos en pantalla parecen cobran vida.
Claridad, color y brillo
Si seguimos atendiendo a supuestos meramente técnicos, hemos de saber que la pantalla curva es capaz de genera una imagen más clara y nítida gracias a que se potencia el contraste, derivado, a su vez, de la menor reflexión de la pantalla curva respecto a la plana. De hecho, se han realizado pruebas que evidencian este hecho, con pantallas de 55', curva una, y plana la otra, con una distancia de 3 a 4 metros, en base al contraste medio de lo que es el área del televisor.
Y es que, como vemos, la curvatura de la pantalla no sólo es un salto a nivel de diseño y vanguardia, sino que realmente mejora características clave para un perfecto visionado como son el color, el brillo o el contraste. Aún así, no se pueden descuidar ninguno de estos aspectos y, por ello, la tecnología del color también está viviendo grandes avances en su desarrollo.
El PurColour, que muestra los detalles más mínimos, plasmando las imágenes tal y como un director de fotografía concibió el plano, es una muestra de ello. Esta tecnología, totalmente nueva en 2014, consigue abarcar una mayor cantidad de zonas de color. El resultado son escenas más realistas y vibrantes, gracias a unos colores más vivos.
Para lograrlo, se ha necesitado trabajar en el ajuste de los puntos de color, que se ha logrado multiplicar hasta por siete. Estamos hablando de un total de 192 tonalidades por color, lo que se traduce en una imagen más nítida y realista. Y hablamos de realismo porque el tratamiento ha de ser siempre natural, que nos acerque a la verdad que nuestro ojo observa. El PurColour permite huir del histrionismo y la saturación, dando todo el protagonismo a los componentes que permitirán un escenario verídico. El trabajo que se hace con las sombras, los tonos y detalles funciona en favor de esa aproximación a la realidad, que consiga que el espectador entre de lleno en la escena.
Televisor curvo, televisor Samsung
Samsung, la empresa que ha estado a la vanguardia de algunos de los cambios tecnológicos más fundamentales de los últimos tiempos, es la marca que se encuentra detrás del desarrollo del primer televisor curvo UHD del mundo. Su deseo, como hemos visto, es cumplir con las máximas aspiraciones de los espectadores y lograr que la experiencia audiovisual sea lo más inmersiva y completa posible.
Los nuevos televisores que se verán a lo largo de 2014, como el modelo Samsung Curved Smart LED H8000 o el Samsung HU8500 de 65 pulgadas, definen esta nueva forma de ver la televisión y de disfrutar de los contenidos como nunca antes se había hecho: de una manera espectacular pero, a la vez, de la forma más cómoda y natural para el ojo humano.
Y, todo ello, sin olvidar todo lo que un auténtico Smart TV ha de ofrecernos: conectividad, rapidez, ocio, máxima funcionalidad... Las aplicaciones y los dispositivos que Samsung desarrolla, así como la mejora en la imagen que el UHD favorece, están hoy al alcance del consumidor más exigente. Ver televisión nunca volverá a ser lo mismo.
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