El mes pasado LG mostró de nuevo su propuesta para llevar a nuestras casas y entornos profesionales un nuevo tipo de pantalla OLED que destacaba por su capacidad para poder enrollarse sobre un tubo de 8 cm de diámetro.
Era un prototipo de 77 pulgadas con una transparencia del 40% y una resolución de 3840x2160 píxels, que formaba parte de un proyecto de investigación denominado ”Future Flagship Program” que la marca está llevando a cabo en Corea Del Sur con apoyo del gobierno.
No se dieron fechas ni precios, pero esta semana fuentes de Business Korea han señalado que esta tecnología podría llegar a las tiendas en 2020 con tamaños de 55 y 75 pulgadas procedentes de la planta que la marca tiene en Paju, Corea del Sur.
Es un dato que LG tendrá que confirmar, pero la industria parece avanzar interesada en la creación de estos curiosos paneles cuya aplicación inicial fuera de casa podría estar en stands dentro de ferias y entornos profesionales, marquesinas, etc. Muy bien, pero ¿para qué se utilizarán dentro de casa?
Sustituyendo a los proyectores
Pues parece que su aplicación inmediata sería la de poder ocultar pantallas de grandes tamaños en nuestras viviendas sin que estén siempre visibles y quizá sustituir a los sistemas de proyección actuales que usan pantalla más proyector.
Es decir, imaginemos que queremos montar una pantalla de 75 pulgadas en el salón y en el mueble no hay sitio. Podríamos instalar en el techo una de estas pantallas enrollables OLED que descendería desplegándose como lo hacen ahora las de proyección.
Sin embargo, el problema de esta incipiente tecnología es su elevadísimo precio, que le impide ser competitiva con los proyectores de lámpara, LEDs o los futuros láser. Para que os hagáis una idea, en el artículo de Business Korea se habla de que un modelo de 55 pulgadas podría costar unos 25.000 dólares (precio que está por confirmar), así que las versiones de 65 o 75 pulgadas casi costarían más que la vivienda.
Más información | Business Korea
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