Uno de los miedos más extendidos en los usuarios a la hora de adquirir un televisor con panel OLED son los quemados que estos pueden sufrir tras un determinado tiempo. Esto es un problema común y que ha atormentado a la comunidad durante años, ya que los paneles OLED son más susceptibles a presentar quemados permanentes tras un largo y extenso periodo de uso, sobre todo cuando se reproducen imágenes estáticas durante mucho tiempo.
Por suerte, la última tecnología en paneles OLED ofrece una mayor resistencia ante este tipo de quemados. Sin embargo, no es un problema que se haya resuelto del todo. De hecho, todo lo contrario. Y es que tal y como hemos podido comprobar en el último estudio del medio Rtings, tras 10 meses de prueba en condiciones extremas, los quemados comienzan a aparecer en todos y cada uno de los televisores utilizados.
Da igual el televisor, el tiempo es el peor enemigo de la degradación
No importa si contamos con los últimos paneles W-OLED de LG con tecnología de matriz de microlentes o los QD-OLED de segunda generación de Samsung. El tiempo, y por consiguiente, la degradación de los componentes y un uso continuado del dispositivo, son factores clave para la aparición de quemados permanentes en nuestro panel.
Aunque son malas noticias, hay que tener en cuenta los matices de este estudio. Y es que Rtings está en proceso de completar un estudio de dos años de duración en el que prueban 100 televisores funcionando 20 horas al día de forma continuada y reproduciendo el mismo contenido.
Esto se trata de un caso extremo, pues normalmente uno no adquiere un televisor y lo utiliza bajo dichas condiciones. Además, se trata de un estudio que precisamente busca el tiempo en el que los televisores comenzarán a fallar. Porque sí, el hecho de que vayan a fallar es inevitable.
El estudio tampoco deja muy bien parados los televisores LCD, pues durante las pruebas también han comparado la degradación de los paneles LCD en estos últimos 10 meses. Desde Rtings afirman que han obtenido más problemas de panel de lo que esperaban, y que parece que los paneles LCD no son tan resilientes como todo el mundo esperaba.
La peor parte parecen llevársela los televisores de gama más baja. Sin embargo, aquellos con más problemas de sistema y componentes suelen ser los de gama más alta, pues son los que más brillo suelen entregar por norma, haciendo que sus componentes se resientan aún más para ofrecer el máximo rendimiento posible.
Normalmente, un televisor suele estar encendido unas 4 o 5 horas diarias, lo que dista muchísimo de las pruebas de rendimiento de Rtings, las cuales sirven para poner a prueba los televisores en condiciones extremas.
Tras varios meses de uso extremo, hasta modelos de gama premium como el LG OLED G3 o el Samsung S95C han presentado problemas de quemado. Es obvio que con los avances actuales en disipación térmica y demás tecnologías, los últimos paneles OLED resisten más que modelos de años anteriores, por lo que aunque no son infalibles, vamos por buen camino.
En las imágenes compartidas por Rtings vemos los distintos paneles OLED sufriendo las conocidas bandas estáticas del canal de noticias CNN. Durante varios meses de este uso extremo, se puede apreciar cómo los paneles se acaban quemando, dejando una marca permanente apreciable.
Las bandas son apreciables incluso en los modelos de gama premium mencionados, tal y como vemos en las imágenes adjuntas. Sin embargo, aunque algunos de estos televisores han sufrido quemados permanentes, en otros muchos, la retención de imagen fue causada por un cambio de la tensión umbral del TFT, algo con implicaciones tan solo temporales.
Puedes estar tranquilo si adquieres un televisor OLED, ya que con un uso estándar su panel te aguantará varios años sin apenas problemas. Sin embargo este estudio es de gran utilidad, ya que podemos ver el proceso de degradación de los componentes y su funcionamiento de forma adelantada a través de pruebas extremas de uso.
Imagen | Xataka
Vía | AVPasión
En Xataka Smart Home | A la hora de luchar contra los quemados en las Smart TV OLED los fabricantes se han olvidado del recurso más importante: el usuario
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