Llega la hora de las compras masivas. La época del año donde todos, el que más y el que menos, termina sucumbiendo al espíritu consumista que nos rodea: el Black Friday y la Navidad están a la vuelta de la esquina y si te escapas, no hay problema, este año hay Mundial de Fútbol y las ofertas en tecnología lloverán en verano. Y es que en estos periodos, muchas de las compras se centrarán en tecnología, un segmento dentro del cual los televisores ocupan uno de los papeles protagonistas.
Este año más que nunca una de las características estrella cuando de la compra de un televisor se trate será el tema del 4K o resolución UHD. Puede que en realidad el futuro esté en el HDR, pero ahora mismo 4K o UHD es el motivo que esgrimen los fabricantes para convencernos de cambiar de tele. Y en este sentido se hace necesario conocer en que consiste el 4K.
Resolución ¿4K o 1080P?
La primera duda que asalta a muchos usuarios es la que se genera cuando hay que decidir si optar por un modelo 4K UHD o 1080P. Una decisión que hace unos meses sería más delicada pero que con el paso del tiempo y con una bajada de precios en los modelos 4K se hace más fácil de tomar.
Depende no obstante del uso que le vayamos a dar, pero si por ejemplo tenemos en casa una Xbox One X o un reproductor de Blu-ray 4K (la Xbox One S es uno muy asequible), el optar por un televisor 4K es una compra más que aconsejable. Sobre todo porque cómo decimos, los precios han bajado de forma notable y ya podemos encontrar modelos de televisores 4K por menos de 1.000 euros.
DVB-T2/S2/C2 y ATSC 3.0
No es tan popular como la resolución o el HDR, pero se trata de una decisión de vital importancia a largo plazo y al igual que en el caso anterior se trataba de una elección en función del uso que le vamos a dar y en menor medida, con vista a un futuro cercano, en este caso casi podríamos decir que sí se trata de una característica que deben llevar nuestro nuevo televisor.
Una función que permite que cuando se vuelva a reorganizar el espectro de frecuencias, el televisor que tengamos sea compatible para el nuevo reparto y que por lo tanto esté preparado para recibir transmisiones en calidad 4K.
Se trata de un movimiento que cómo ya dijimos en su momento, aún no tiene fecha fijada en España aunque en otros países como es el caso de Italia ya tiene un plazo fijado entre 2018 y 2020.
En caso de optar por un modelo que no tenga sintonizador DVBT2, que aún los hay en el mercado y los siguen fabricando (increíblemente), cuando llegue el nuevo reparto nos encontraremos con la necesidad de hacernos con un nuevo televisor o con un sintonizador externo que usar con nuestra tele.
En el caso de ATSC 3.0, es el sistema usado para gran parte de los países americanos (por ejemplo Estados Unidos, Canadá, México, Honduras o El Salvador, pero también llegará a Corea del Sur). Un sistema que permite emitir en 4K, con HDR Hybrid Log Gamma, altas tasas de fotogramas por segundo (60 o más fps) y sonido multicanal.
HDR10 o Dolby Vision
Otra de las elecciones clave. ¿Qué sistema elegir para cubrir el soporte para el Alto Rango Dinámico (High Dinamic Range)?. El HDR10 es el sistema más extendido y Dolby Vision es el más completo.
El HDR10 es el estándar más extendido, una especificación que no aparece casi nunca como tal en las especificaciones de nuestros televisores y que viene normalmente anunciada como Ultra HD Premium. Apoyado por la mayoría de fabricantes, distribuidores y creadores de contenido, es un estándar abierto que puede usarse sin pagar derechos de licencia ofrece un brillo que se queda por debajo de 1000 nits en los paneles usados de 10 bits.
En el caso de Dolby Vision, este es más avanzado pero por contra, no es abierto y requiere de un chip propio y que tanto reproductor como pantalla estén certificados. Está disponible exclusivamente en televisores de gama alta y el fabricante debe pagar a Dolby por usarlo, si bien a cambio ofrece una luminosidad máxima de 10000 nits y una profundidad de color de 12 bits. Se trata de dos ventajas que acompañan a la principal diferencia, pues mientras el HDR10 trabaja en general con toda la imagen, en el caso de Dolby Vision cada cuadro de imagen tiene información individual sobre cómo trabajar el rango dinámico.
Así que cuando vayas a elegir un televisor debes tener en cuenta que Dolby Vision por ahora sólo está en televisores OLED, televisores estos que además también son capaces de identificar y reproducir sin problema los contenidos HDR10.
Si optamos por un televisor UltraHD Premium, de los que soporta HDR10, no podrá reproducir contenido Dolby Vision a no ser que cuente con el logo en la caja.
El tercero en discordia es el HLG o Hybrid Log-Gamma, cuya misión es acercar el HDR a las transmisiones televisivas terrestres, por cable y por satélite. Ofrece como ventaja el que permite transportar en la misma señal un vídeo convencional sin HDR más una capa de información extra que en los receptores adecuados será interpretada para generar el vídeo con alto rango dinámico deseado.
LED, OLED, QLED ¿Si o no?
Los televisores LED fueron los primeros en llegar y resultaron revolucionarios, pero comienzan a ceder terreno ante el _boom_ del OLED, una nueva tecnología para la proyección de píxeles de color que ofrece una mayor calidad en la imagen. ¿Qué escoger, LED u OLED?
La principal diferencia de los LED con los Televisores OLED (organic light-emitting diode, en español diodo orgánico de emisión de luz) viene basada en que estos generan luz por sí mismos mientras que los LED cuentan con paneles retroiluminados de forma que con este sistema dan color a la luz del panel. Los modelos OLED están formados por los mismos diodos y no y a diferencia de los LED, no cuentan con retroiluminación. Emiten su propia luz.
Esto se traduce en que al eliminar la fuente de luz trasera se reduce el grosor de la pantalla que puede incluso llegar a 0.05mm. Las nuevas pantallas con esos diodos se pueden colocar en materiales más flexibles y eliminan la necesidad de usar un cristal de base. Un diseño más estilizado.
Además, al no precisar de una fuente de iluminación externa, el panel OLED es capaz de conseguir el negro puro. Una característica que se suma a que el color de la luz, al ser emitida de manera orgánica, es totalmente pura. Se mantiene la estructura RGB y los colores son tan nítidos como saturados según la escala en la que sea emitido.
Y entre LED y OLED encontramos los televisores QLED (Quantum Dot Light Emitting Diode) de Samsung, los cuales se caracterizan por necesitar de una fuente de iluminación externa. Podríamos verlos cómo una evolución de los LCD y de la tecnología Quantum Dot y pensar en ellos como en unos paneles LED vitaminados.
Una tipología que presenta unas ventajas cómo son unos niveles de brillo más altos que se sitúan entre 1500 y 2000 nits, de forma que se puede aprovechar mejor el modo HDR. Cuentan además con más volumen de color y menos saturación ya que son capaces de reproducir el 100% del volumen de color e igualmente ofrecen mejores ángulos de visión.
Conexiones
Es otro de los dilemas a los que tenemos que enfrentarnos a la hora de hacernos con un televisor. Olvida los euroconectores, eso ya no se estila desde hace años, una aclaración que seguro has de hacer a algún familiar ya entrado en canas. Debes buscar un modelo cuya conectividad cableada e inalámbrica permita sacar partido o disfrutar de los nuevos contenidos 4K, los cuales serán cada vez más habituales
En este sentido es interesante que cuente con puertos Gigabit y conexiones Wi-Fi del tipo AC. Además, si queremos hacer _streaming_ desde el móvil o la tableta es interesante que tengan conexión Bluetooth complementando al Wi-Fi. Y si queremos usar una barra de sonido o un sistema de cine en casa es obligatorio que cuente con un puerto óptico.
Otro tipo de salidas habituales es la coaxial digital, RCA analógica y HDMI ARC (HDMI Audio Return Channel), con la que podemos reproducir el sonido de nuestro televisor en un sistema de cine en casa sólo por medio de la conexión HDMI y sin más cables de por medio. Y es que dentro del HDMI, tenemos además distintas opciones.
Normalmente los modelos cuentan con varios puertos HDMI 2.0b (permite contenido en HDR, 4K a 60 Hz, un ancho de banda de 18 Gbps y permitir hasta 32 canales de audio) o incluso HDMI 2.1, que mejora al anterior pues permite contenido en HDR, 8K a 60 Hz o 4K a 120 Hz y un ancho de banda de 48 Gbps. Y en este sentido hay que buscar, en la medida de lo posible, un modelo que tenga el mayor número de conexiones HDMI 2.x compatibles con HDCP 2.2.
Para finalizar toca hablar de los puertos USB, y junto al mayor número posible conviene que estos sean 3.0, para no hacer de embudo con el contenido 4K, pudiendo a su vez ofertar compatibilidad con los formatos de audio y vídeo más habituales.
Sistema operativo
Se trata del elemento más subjetivo de todos cuantos puedes estudiar. Los nuevos televisores no son sólo una caja tonta y ahora ofrecen acceso a aplicaciones, juegos, internet, control por voz... funciones que requieren del respaldo de un sistema operativo solvente.
Encontramos así WebOS en los modelos de LG, Tizen en los televisores Samsung y Android TV en marcas como Sony o Philips. En este sentido debemos buscar un modelo que cuente con amplio número de aplicaciones (aquí gana Android TV por goleada) y que a su vez garantice en la medida de lo posible soporte para un largo periodo de tiempo (no cambiamos de televisor cada año como si fuese un móvil).
Este es el mayor problema, pues ningún fabricante garantizará soporte a tantos años vista por lo que debemos andar con tacto para evitar elegir un modelo que deje de recibir soporte antes de tiempo y que por lo tanto quede obsoleto.
Los tres sistemas tratados ofrecen acceso a unas aplicaciones básicas que casi son obligatorias para los nuevos modelos. Poder acceder desde el mismo televisor a Netflix, YouTube o aplicaciones de _streaming_ de audio como Spotify es una gran ventaja que no se aprecia hasta que se prueba. Y claro, en función de la calidad del televisor y del procesador que mueve todo el conjunto, la experiencia de usuario será superior.
Encontramos por lo tanto ante una serie de matices a tener en cuenta porque cómo ya hemos dicho, se trata de un producto que puede tener un alto precio y que sobre todo adquirimos de cara a tenerlo a nuestro lado un largo periodo de tiempo, motivos ambos que hacen que debamos fijarnos en los detalles para tratar de no errar en nuestra compra.
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