Haciendo limpieza en los cajones de casa, me he encontrado con un viejo cable eléctrico que no funcionaba estaba roto. Pensando en aprovecharlo, me dispuse a montar un nuevo alargador usando algunos de sus componentes, pero a diferencia del anterior, usando una clavija plana que pudiese usar detrás de un mueble sin problema alguno
Para eso, lo único que tuve que hacer es comprar una nueva clavija (tenía la otra que funcionaba) y reutilizar lo que me servía y que ya tenía (no quería gastarme el dinero comprando todo nuevo). Así que busqué un destornillador, unas tijeras, desmonté el anterior cable y tan solo he necesitado un poco de paciencia para montar un cable alargador casero
Reutilizar antes que comprar
El cable tenía una distancia de casi 2 metros y la diferencia con el anterior es que en este caso he comprado una nueva clavija plana que puede colocarse fácilmente detrás de un mueble y que este quede pegado a la pared, sin que el cable interfiera o moleste, lo más mínimo
Los pasos son muy sencillos. Lo primero que he hecho es preparar todo el material. He cortado las conexiones anteriores para tirar una de ellas, aprovechar la otra y realizar de nuevo los empalmes desde cero. He puesto sobre la mesa todo el material y he comenzado la tarea.
Lo primero es cortar el cable con cuidado con las tijeras para no seccionar las secciones interiores. Se trata de un cable con tres hilos: positivo, negativo e hilo de tierra.
Para la clavija hembra, que es la primera que he montado lo primero que he hecho es quitar los tornillos que aseguraban las zonas de conexión y he medido cómo quedaría el cable para realizar los oportunos cortes, puesto que los tres hilos no quedaban igual y por lo tanto, había que ajustar esa pequeña diferencia de distancia
Dicho todo esto, he ido conectando con cuidado los distintos hilos a sus correspondientes a tomas. En este caso, lo que siempre hago es crear una especie de trenza con el cableado de cobre para que esta forma no queden pelos sueltos.
Con los cables ya conectados, solo me quedaba por comprobar que habían quedado bien sujetos y colocar la pestaña que fijaba el cable a la estructura antes de colocar la otra tapadera, y así cerrar esta parte de la regleta, apretando el tornillo.
Ahora tocaba montar el enchufe macho, que es el que tiene una forma plana para quedar oculto en la pared. En este caso, como se puede ver en las fotos, la distribución de las conexiones es distinta, quizás algo más la tazo de ajustar, pero nada complicado.
Los pasos han sido similares a los que he llevado antes. He quitado primero la tapa de ajuste y aflojado los tornillos que sirven de sujeción a los tres hilos. He vuelto a medir cuál es la longitud de cada uno de ellos incluido el de tierra y he realizado los cortes oportunos.
He tratado que el cobre que quede a la vista sea solo el que va a entrar en la clavija del tornillo y de esta forma que no puedan quedar pelos sueltos.
Con los cortes realizados y las conexiones hechas, solo me queda por colocar la tapa que sirve de sujeción y la pestaña que ajusta el cable.
El resultado final es un cable alargador que vuelve a ser funcional y que además ahora puede usar detrás del mueble sin problema alguno. Y todo por unos dos euros que es lo que me ha costado el material necesario para completar lo que ya tenía antes en casa.
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