Las redes WiFi son ya imprescindibles en nuestros hogares inteligentes, permitiéndonos dar conectividad a todo nuestro enjambre de dispositivos, navegar por la Red, escuchar música, acceder a servicios de vídeo en streaming, etc.
Sin embargo, la calidad de la conexión en todas las habitaciones de la vivienda suele ser irregular y las velocidades obtenidas no siempre son tan buenas como esperábamos. En estos casos tenemos la opción de comprar un nuevo punto de acceso, un router más moderno, un sistema de redes Mesh, amplificadores de señal, etc.
Pero el punto fundamental de partida para lograr buenas velocidades al conectarnos a la WiFi de casa es elegir adecuadamente la banda de frecuencia a la que lo hacemos, un parámetro al que puede que no prestemos mucha atención pero que es esencial para disfrutar al máximo de la velocidad contratada.
Diferencias entre el WiFi en 2,4 GHz y 5 GHz: ¿para qué sirve cada banda?
Las bandas de frecuencia son un espacio electromagnético que puede considerarse el equivalente a las autopistas por donde van a circular los datos entre nuestros dispositivos domésticos, como un móvil, ordenador portátil, Smart TV, etc. y el router, principal nodo de comunicaciones del hogar.
Actualmente el entorno doméstico puede trabajar en las bandas de 2,4 GHz, 5 GHz y 6 GHz (este último gracias al nuevo estándar WiFi 6E), aunque la mayoría de routers y equipos que tenemos en casa son capaces de funcionar solo en las dos primeras.
¿Cómo sé a qué banda estoy conectado? Pues solo hay que mirar en las opciones de configuración del equipo que estemos usando (por ejemplo el móvil) y consultar los parámetros de la red WiFi en uso. Allí se nos indicará la banda en uso (por ejemplo 2,4 GHz) y la velocidad de sincronización.
¿Hay algún modo más sencillo de saberlo? Pues el nombre de la red WiFi muchas veces nos indica también en qué banda funciona. Por ejemplo, si no lo hemos cambiado, en los routers de operadora es habitual al intentar conectarnos encontrarnos con varios nombres de la WiFi, algo del tipo MOVISTAR_30BA o MOVISTAR_PLUS_30BA donde ese apellido "PLUS" indica que es 5 GHz. Otras veces directamente ponen el "5GHz" en el nombre para dejarlo claro.
¿Da igual a qué banda nos conectemos? Pues no, ya que cada una tiene unas propiedades de propagación de la señal y capacidades de acceso, por lo que el resultado final de la conexión variará en función de cuál tengamos seleccionada. A continuación vamos a repasar las diferencias y casos de uso, donde existirán importantes variaciones en cuanto a radio de cobertura (capacidad para que la señal llegue a todas las partes de la casa), velocidad de conexión y problemas de interferencias con otras redes.
Radio de cobertura
El radio de cobertura que nos ofrece cada banda de frecuencias es diferente, un dato que está íntimamente ligado a su capacidad de penetración y a los obstáculos que encontraremos. Así, la de 2,4 GHz es capaz de traspasar con mayor facilidad paredes, techos, suelos de distintos pisos, muebles, ventanas, etc.
Hay muchos tipos de uso en los que prevalece la estabilidad y cobertura sobre los megas por segundo. Por ejemplo, en los equipos como altavoces conectados, equipos de sonido, dispositivos del hogar inteligente, navegar por la Web desde un PC o móvil, servicios de mensajería instantánea, correo electrónico, acceso a redes sociales, etc. suele ser recomendable utilizar la banda de 2,4 GHz por su mejor cobertura y estabilidad, ya que no necesitaremos grandes velocidades de acceso.
Velocidad de conexión
La velocidad de conexión en cada banda es muy diferente y dependerá del estándar utilizado y de la capacidad del espectro electromagnético en cada caso. Así, el espectro WiFi de 2.4 GHz tiene 70 MHz de ancho y los dispositivos típicamente están limitados a tres canales de 20 MHz. El espectro WiFi de 5 GHz tiene aproximadamente 500 MHz de ancho y los dispositivos pueden usar hasta seis canales más grandes de 80 MHz para velocidades más rápidas.
Esto implica que por ejemplo con el estándar WiFi 4 (IEEE 802.11n) tengamos velocidades teóricas de hasta 600 Mbps en la banda de 2,4 GHz y 5 GHz (habitualmente suele usarse en la banda de 2,4 GHz con velocidades reales de entre 300 y 450 Mbps) que ascienden a 1,73 Gbps en el caso de usar WiFi 5 (IEEE 802.11ac) exclusivamente en la banda de 5 GHz (típicamente de unos 866 Mbps) o de hasta 10 Gbps en el caso de utilizar WiFi 6 (IEEE 802.11ax) en 5 GHz (típicamente 2,4 Gbps).
Atendiendo solo a las velocidad máximas teóricas, las conexiones WiFi en 5 GHz son muy superiores a las WiFi en 2,4 GHz, aunque esto es en teoría, ya que en la práctica nos encontramos con problemas adicionales como son las interferencias y la saturación de las bandas.
Interferencias y saturación
La cantidad de interferencias que presenta cada banda de frecuencias también va a ser diferente. El problema con la banda de 2,4 GHz es que la inicial ventaja de una mayor capacidad de penetración para llegar a toda la casa hará que se "cuelen" en la vivienda las redes de los vecinos del mismo piso, los de arriba y abajo e incluso, si vives en bloques muy pegados unos a otros, las redes de edificios contiguos.
Esto puede hacer que las capacidades de tu WiFi en 2,4 GHz empeoren con pérdidas constantes de paquetes causadas por interferencias que puedes tratar de minimizar eligiendo el canal óptimo pero que en ocasiones no será posible, obteniendo una conexión inestable, de poca velocidad, con microcortes y en definitiva con una mala experiencia de uso.
En estos casos de saturación del espectro por culpa de los vecinos y de otros dispositivos inalámbricos que funcionen en esa banda, las redes en 5 GHz suelen ser la mejor opción, ya que con frecuencia no tienen la capacidad para penetrar de una vivienda a otra o si lo hacen es con poca potencia. El problema es que tendremos una estupenda cobertura cerca del router pero no en las habitaciones más alejadas, debiendo recurrir a complementos como extensores, PLC o las más modernas redes en malla o Mesh.
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WiFi en 2,4 GHz |
WiFi en 5 GHz |
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Velocidad máxima teórica |
Inferior |
Superior |
Radio cobertura dentro de casa |
Inferior |
Superior |
interferencias y saturación |
Más problemas |
Menos problemas |
Usos recomendados para cada banda |
Navegación Web, correo electrónico, streaming de música y vídeo hasta Full HD, juego online ocasional, cámaras de seguridad, equipos del hogar inteligente como bombillas, sensores, etc., conectar aparatos antiguos no compatibles con 5 GHz o que estén muy lejos del router. |
Streaming de vídeos de calidad en resolución Full HD o 4K, videollamadas, juego online avanzado con mínima latencia, transferencia de archivos de gran tamaño y en general la conexión de aparatos que se encuentren muy cerca del router. |
Band Steering: usando siempre la mejor banda disponible
Ya hemos visto que no siempre hay una banda óptima que seleccionar, ya que dependerá de cada caso concreto. Por ello los fabricantes de routers y equipos con conectividad inalámbrica han apostado en los últimos años por lo que denominan como Band Steering (aunque a veces tiene otros nombres como "WiFi inteligente"), una tecnología que es capaz de alternar automáticamente entre las bandas de 2,4 y 5 GHz en función de la que ofrezca mejor cobertura.
La idea es sencilla. El cliente se conecta a una red genérica proporcionada por el router, que a su vez se encarga de determinar qué banda ofrece mejor cobertura y capacidad de conexión, cambiando entre la de 2,4 y 5 GHz si fuera necesario cuando varían las condiciones del entorno.
Esto es útil en múltiples situaciones. Por ejemplo, cuando las redes de los vecinos y su interferencia no son constantes, ya que habrá horarios donde haya más problemas que otros, o cuando nos movemos por la casa utilizando el móvil y en unas habitaciones tenemos mejor cobertura en 2,4 GHz y en otras en la de 5 GHz.
No hay problema, los dispositivos se encargarán de seleccionar la mejor banda en cada caso sin que tengamos que hacer nada al respecto, salvo elegir en un principio el identificador de red que cuente con esta función. La configuración dependerá de cada router concreto, pero en general, pasaremos a tener un único nombre de la red para las dos bandas, compartiendo la misma contraseña en ambas, por lo que no habrá que estar cambiándola.
Para que todo funcione correctamente, esta tecnología deberá estar activada en el router (los últimos modelos que proporcionan muchas operadoras ya lo tienen encendido de serie) y por supuesto los equipos que conectemos deberán ser compatibles con este cambio automático de banda. Si no lo son solo se conectarán por defecto a la de 2,4 GHz.
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Imagen portada | TP-Link
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