En varias ocasiones, hemos hablado de lo difícil que es acceder a una vivienda, ya sea mediante la compra o el alquiler. Los precios en continua escalada se convierten en un gran obstáculo, especialmente para los colectivos con menos recursos económicos.
Los estudiantes suelen figurar entre los grupos más afectados. Muchos de ellos se trasladan a estudiar fuera de casa y deben buscar un alojamiento. No se trata solo de alquilar pisos completos, sino incluso de habitaciones, en un intento por abaratar el coste de la vivienda. Sin embargo, incluso en estos casos, se presentan situaciones insólitas, como las que están ocurriendo en Alicante.
Irse para completar los estudios es algo habitual entre muchos jóvenes. Emanciparse, aunque sea temporalmente del hogar familiar, implica tener que desembolsar una cantidad considerable para encontrar un alojamiento decente (hay viviendas viejas que...) El problema surge cuando buscar un lugar donde vivir se convierte en una odisea.
No se trata únicamente de encontrar un buen piso; incluso para alquilar una simple habitación, se están produciendo situaciones impensables hasta hace poco tiempo. Esto es lo que está ocurriendo en Alicante, donde en varias localidades se están pidiendo precios de hasta 350 euros por una habitación. A esta cantidad hay que sumar los gastos de electricidad, agua, y, en algunos casos, gas e Internet. Con todos estos servicios, el costo puede alcanzar los 500 euros mensuales, una cifra que hace menos de 10 años permitía alquilar un piso de dos habitaciones sin problema (el precio medio para arrendar una vivienda de 80 metros cuadrados en Alicante era de 560 euros).
Los precios se igualan
El mercado de alquiler está saturado, y a la escasa oferta se suma la proliferación de pisos de alquiler turístico que ofrecen mayores beneficios a sus propietarios. Esta situación ha tenido una consecuencia: el mercado se ha saturado y, además, se ha producido una equiparación de precios entre distintas ciudades.
En lugares donde antes era más barato alquilar una vivienda, ahora los precios se han igualado con los de zonas donde el coste medio del alojamiento es mucho más alto. Según Información.es, un dormitorio cerca de la Universidad de Alicante cuesta prácticamente lo mismo que uno cerca de la Universidad Miguel Hernández o del campus de la Politécnica en Alcoy.
Una escalada imparable
Paula Gonzaga, estudiante de un grado superior de Diseño Gráfico en Elche, se queja de que “ahora que se lleva más lo de alquilar por habitaciones, todo ha subido una barbaridad”. De hecho, afirma: “He llegado a pagar 800 euros por un piso cerca de la universidad, pero al final prioricé mi economía y acabé en un cuarto sin ascensor, bastante viejo, en el que pagaba la mitad”. Paula asegura que los precios en la ciudad están disparados: “Conozco a una persona cercana que ha reformado un piso para alquilar a estudiantes y cobra 320 euros por habitación”.
Pero este no es el único caso. Andrea Cartagena, estudiante de segundo curso de Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Productos en la Universidad Politécnica de Valencia, cuenta: “Buscar piso no es fácil. El año pasado vivíamos cinco personas en una misma casa. Nos lo vendieron muy bien en la inmobiliaria, pero luego se nos iba la luz, casi no salía agua de la ducha…”. Actualmente, comparte piso con dos personas, por lo que paga 210 euros más gastos. El alquiler total del piso para los tres residentes es de 630 euros, un precio superior a los 520 euros que debería costar una vivienda en la zona.
Otro testimonio es el de Daniel Ramos, que estudia un grado superior en Sonido para Audiovisuales y Espectáculos en San Vicente del Raspeig. Afirma: “He escogido San Vicente para poder trabajar los fines de semana, porque aquí los comercios están más enfocados a contratar estudiantes, pero también porque en Alicante los pisos son más caros y tienes que estar meses mirando para poder encontrar algo en condiciones”. Además, señala que los requisitos para acceder a una habitación en un piso compartido se han endurecido: “Mucha gente no te pide un mes de fianza, sino dos, y eso que el piso está que se cae a pedazos. Es una risa…”. También admite una subida de precios considerable: “El año pasado pagaba 140 euros al mes de alquiler; este año no he visto nada que baje de 200”.
Por último, está el testimonio de Marina Pastor, estudiante de Derecho en la Universidad de Alicante. Ella pudo “heredar” la habitación que dejó libre una conocida y paga alrededor de 300 euros mensuales, a los que hay que sumar los gastos de suministros.
Además de estos precios, los estudiantes afirman que las mejores ofertas, con habitaciones y pisos en buenas condiciones, tienen incluso lista de espera. Hay casos en los que se llega a pagar una reserva para el año siguiente con tal de asegurarse el dormitorio.
Foto de portada | Douglas Rafael Fonseca
Vía | Información.es
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