Llega el verano y es uno de los momentos del año (dejamos la Navidad a un lado) en los que el congelador funcione máximo rendimiento. Porque necesitamos dejar platos preparados porque nos vamos a ausentar de casa o bien para conservar alimentos durante más tiempo.
Lo cierto es que el congelador se ha transformado y es una solución ideal para lograr que los alimentos duren más tiempo. Pero esto no debe despistarnos y es que no todos los alimentos pueden congelarse. Por eso vamos a repasar la lista de alimentos que nunca debes congelar por distintos motivos. Desde por una perdida de su sabor, propiedades y consistencia hasta porque podrían representar un riesgo a tu salud.
Huevos frescos
Foto de Pixabay
Congelar huevos enteros no es recomendable, ya que puede alterar su sabor y textura. Además, este proceso puede causar que los huevos se rompan en el congelador, lo que podría parecer inofensivo, pero en realidad presenta riesgos de salud. Si un huevo contaminado con salmonela se rompe, la bacteria puede esparcirse a otros alimentos en el congelador, poniendo en peligro a ti y a tu familia.
Mayonesas y salsas
La mayonesa y los aderezos emulsionados con huevo, crema o harina pueden sufrir cambios químicos al congelarse y descongelarse. Esto afecta su textura y sabor, haciendo que se vuelvan desagradables. Además, los ingredientes pueden separarse, lo que podría causar problemas estomacales, como diarrea, si se consumen en ese estado.
La mayonesa (y otras salsas) tienden a separarse y volverse acuosas al descongelarse. Las salsas espesas a base de harina también pueden separarse y volverse grumosas tras descongelarse. Es mejor consumir estos productos frescos para mantener su calidad.
Verduras de hoja verde
Las verduras de hoja verde tienen un alto contenido de agua, por lo que su estructura celular puede dañarse al congelarse, perdiendo así su textura y nutrientes. La mejor manera de consumir estos alimentos es frescos. Esto también se aplica a otras verduras con alto contenido de agua, como pepinos, rábanos o calabacines.
Pepinos, lechugas, melones y tomates tienden a volverse blandos y acuosos después de descongelarse. La congelación afecta su textura y calidad, por lo que es mejor consumirlos frescos para disfrutar de su mejor sabor y valor nutricional.
Quesos y yogurt
Foto de Monserrat Soldú
Quesos y algunos tipos de yogurt, debido a su alto contenido de grasa, pueden perder su textura y sabor al ser congelados y descongelados. La grasa se separa, haciendo que estos productos se vuelvan agrios. Además, los quesos pierden su consistencia y se desmoronan fácilmente tras descongelarse.
Pasta y arroz
Aunque congelar pasta y arroz no afecta su valor nutricional, sí altera su textura y sabor. Al descongelar estos alimentos, pueden volverse chiclosos, lo que no resulta agradable al paladar. Es mejor consumirlos frescos para mantener su consistencia adecuada.
Patatas
Foto de Pixabay
Las patatas contienen mucha agua, por lo que congelarlas puede hacer que pierdan su textura crujiente y sabor. La fécula en las patatas también cambia su consistencia al congelarse. Aunque el efecto es menor si las patatas están cocidas, al descongelarse pueden volverse blandas e insípidas.
Una buena fórmula que minimiza un poco estos problemas pasa por cocer previamente las patatas, un proceso por que ya pasan las patatas congeladas que compramos en el supermercado.
Consejos para una buena congelación
Foto de Deane Bayas
Dicho todo esto, antes de congelar hay que fijarse en que el congelador esté a una temperatura de -18°C o más baja. Esto es esencial para mantener la calidad de los alimentos y prevenir el crecimiento de bacterias.
Además, asegúrate de que el congelador esté limpio y libre de residuos y alimentos derramados. Así evitarás la contaminación cruzada. Igual de importantes es mantener el congelador organizado para facilitar el acceso a los alimentos y evitar que los alimentos más antiguos queden olvidados en el fondo.
Muy importante es seguir un ciclo y no congelar y descongelar los alimentos varias veces. Siempre congélalos los antes posible, recién comprados y cuando estén más frescos.
Imagen portada | Bosch
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