Tender la ropa está muy bien, pero además olerá mejor con este truco que han descubierto unos investigadores

Se trata de aprovechar el poder de los rayos del sol para generar un efecto químico en los tejidos de la ropa

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Una de las cosas positivas del verano tiene que ver con el lavado y el cuidado de la ropa. Tenderla al aire libre tras la colada y con las temperaturas que tenemos, hace que se seque en muy poco tiempo y y de paso nos ayuda a ahorrar: las secadoras en verano, están de vacaciones.

Lo cierto es que después de lavar la ropa, secarla es un proceso fundamental. Y es que es importante seguir unas pautas fundamentales para que durante este proceso la humedad desaparezca de la ropa y de esta forma se eliminen los malos olores cuando llega el momento de recogerla. Así al guardarla en el armario, conservará el olor a suavizante con el que salió del tambor de la lavadora.

Razones por las que la ropa huele mal

Lavadora 4

Pero lograr un resultado óptimo requiere prestar atención a algunos puntos. El primero es que cuando termine la colada, es importante sacar la ropa lo antes posible de la lavadora y no dejarla mojada en el tambor. Si se mantiene dentro de la lavadora con la puerta cerrada durante un tiempo, pueden aparecer malos olores.

Pero igualmente es importante tender la ropa de forma adecuada y dejarla secar. Bajo ningún concepto hay que doblar y guardar la ropa el el armario mientras quede algún resto de humedad. En este sentido es importante fijarse en zonas especialmente sensibles, como pueden ser bolsillos, puños, cuellos... y en general, en cualquier parte de la prenda que sea más gruesa y que por lo tanto tarda más en perder la humedad residual.

Si se guarda la ropa con restos de humedad, se puede favorecer que aparezcan moho y hongos. Además de dañar las fibras de la tela, estos organismos producen esporas y compuestos volátiles que generan olores desagradables. Además, se puede favorecer la proliferación de bacterias, que crecen más rápido en ambientes húmedos y que pueden provocar que se generen malos olores.

Lo mejor, al aire libre

Pexels Karolina Grabowska 4495760 Foto de Karolina Kaboompics

Por eso, lo ideal es tender la ropa al aire libre, pero incluso así hay que tener cuidado. Aunque al tender la ropa al aire libre eliminamos el problema de la falta de ventilación en espacios cerrados (como pueden ser los amarios) hay que tener cuidado con la posibilidad que la ropa coja olores.

Si tendemos en el interior, lo normal es que esa humedad persista más en el tiempo. Además, existe más riesgo de acumular otros olores que suelen aparecer en casa como por ejemplo ese "tufillo" a comida (los fritos son especialmente penetrantes).

Los armarios suelen ser espacios cerrados con poca circulación de aire. Esto hace que la humedad quede atrapada, favoreciendo aún más el crecimiento de moho, hongos y bacterias.

En el caso de un tendedero, colocado en un patio de vecinos, es habitual que puedan aparecer olores, provenientes de cocinas, baños, incluso de algún vecino desalmado que salga a la ventana a fumar (no hay nada más desagradable que ropa con olor a tabaco). Por eso, tender en el exterior es fundamental recoger la ropa en cuanto esté completamente seca.

El sol es tu amigo. Aprovéchalo

En este sentido, a la hora de tender en el exterior, lo ideal es aprovechar el poder del sol. Un estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague encabezado por Silvia Pugliese, descubrió como los rayos del sol pueden influir en el resultado final para eliminar los olores de la ropa. El resultado lo publicaron en Environmental Chemistry.

Toallas El montaje experimental de toallas colgadas en un balcón de la Universidad de Copenhague. Imagen de Silvia Pugliese

Lo que hicieron fue lavar a mano tres toallas de algodón de IKEA (las lavaron tres veces cada una) en agua libre de microorganismos con el fin de que no pudiera afectar a su olor. Estas toallas las atendieron después en tres lugares distintos. La primera, en una habitación oscuras de la universidad, la segunda en un balcón con sombra y la tercera al sol.

Y fue esta última, la toalla que tendieron al sol, la que contenía pentanal, un compuesto que suele usarse como aromatizante. Conocido como valeraldehído, este componente puede producirse en la ropa tendida al sol debido a la degradación de ciertos compuestos presentes en las fibras textiles y en los residuos orgánicos adheridos a ellas.

De esta forma, el sol y la radiación ultravioleta, pueden servir para provocar reacciones fotoquímicas en los compuestos orgánicos que hay en la ropa, facilitando la ruptura de enlaces químicos y la creación de nuevos compuestos.

Foto de portada | Meruyert Gonullu

Vía | New York Times

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