A la hora de elegir nuevo televisor solemos pensar en las ventajas y aspectos favorables que ofrece una gama o modelo en concreto con respecto a la competencia. Si tiene ésta o aquélla función, si viene con mejor diseño, un precio más ajustado y funcionalidades que nos interesen.
Sin embargo, dado que todas las tecnologías de televisores actuales tienen problemas asociados con su tipo de panel, unos más graves y/o visibles que otros, también podemos optar por elegir modelo en función de los defectos que menos podamos soportar o los que menos se ajusten a nuestra forma de usar el equipo.
A continuación os proponemos un repaso por los problemas más típicos que podemos encontrar en los televisores LCD-LED y OLED actuales y que pueden ayudarnos a decidir si nos conviene, y en qué casos, una u otra tecnología o si tenemos que devolver nuestra flamante pantalla nada más estrenarla:
Pobres ángulos de visualización
Es uno de los principales defectos de la tecnología LCD presente desde sus inicios, que mejoró sustancialmente con los paneles IPS, aunque habitualmente no se utilizan en el sector del televisor, salvo algunas excepciones, por su peor capacidad de contraste con respecto a otras tecnologías como VA.
El efecto que notamos es un degradado en la intensidad y fidelidad de representación de los colores y el nivel de contraste a medida que nos alejamos del ángulo óptimo de visualización horizontal y vertical, que suele estar en unos 25-35 grados.
Se suponía que la evolución hacia QLED o puntos cuánticos solucionaría esta cuestión y lo han hecho parcialmente en algunas gamas de 2019 en adelante con filtros ópticos superpuestos al panel VA que dispersan la luz permitiendo ángulos de visualización más amplios, aunque todavía con resultados peores que los logrados con OLED o LCD-IPS.
Entonces, ¿no existe este problema en las teles OLED? Pues prácticamente no. A pesar de que puede que se degrade ligeramente la calidad de los colores si nos ponemos en ángulos de visualización extremos (por encima de 70-80 grados), la calidad de imagen es prácticamente perfecta en cualquier posición en la que nos pongamos a ver la tele.
Retenciones y quemados
OLED presenta múltiples ventajas con respecto a LCD, pero no en todos los aspectos. Su principal desventaja es la degradación de los componentes orgánicos especialmente visible en el caso de las retenciones y quemados.
Si dejamos una imagen fija en pantalla mucho tiempo y sobre todo si es muy luminosa, los píxeles reaccionan con cierta memoria temporal dejando marcada dicha imagen un tiempo. Si dicho periodo es corto estamos hablando de retenciones, que pueden desaparecer tras unos minutos u horas. Pero si no tenemos cuidado pueden quedar permanentemente fijadas en lo que se llama habitualmente quemados.
Los fabricantes han logrado minimizar este problema considerablemente en los últimos años e incluso eliminarlo casi por completo si hacemos un uso normal del televisor para ver programación convencional, series, películas, TDT con múltiples canales, etc. y dejamos activadas las funciones específicas de la tele para evitar este potencial problema.
Negros poco profundos y contrastados
Es una de las características que buscamos en nuestra nueva tele: que tenga un gran contraste con negros profundos y realistas. En televisores LCD debido a la necesidad de una fuente de iluminación trasera LED, ésta deja una luz residual difícil de eliminar.
Los equipos que mejor se comportan son los que utilizan un sistema FALD o de gestión de dicha iluminación por zonas (frente a televisores con iluminación desde los bordes) en una especie de matriz en la que pueden apagar o reducir la iluminación por cuadrículas, aunque no sin efectos secundarios como halos alrededor de objetos luminosos (blooming) sobre fondos oscuros. ¿Es un motivo para devolver la tele si vemos estos halos?
Pues en general no, ya que es un defecto de la tecnología que está presente en todos los modelos. En las gamas altas con FALD de muchas zonas (hay teles con más de 500) la calidad de los negros aumenta significativamente, pero en las gamas más bajas resulta evidente ese color como blanquecino, grisáceo o azulado de los tonos oscuros debido a la iluminación residual.
OLED en este sentido se comporta infinitamente mejor, ya que puede apagar sus píxeles de forma individual ofreciendo negros puros e imágenes más contrastadas.
Efecto ghosting y pobre input lag
El primero está relacionado con el tiempo de respuesta del píxel individual ante un cambio de color y suele presentarse en televisores y monitores de gama baja o media-baja siendo visible como estelas cuando un objeto o personaje se mueve por pantalla a gran velocidad. En los vídeos, películas y programación es menos molesto y evidente, pero si usamos la tele para jugar puede llegar a ser irritante, incluso hay gente que afirma marearse si es muy elevado y pasa mucho tiempo jugando.
El segundo (el input lag) es un factor especialmente importante a la hora de jugar y está relacionado con el tiempo que tarda la pantalla en reaccionar a cambios del usuario. Es decir, suele entenderse como el tiempo que pasa desde que pulsamos el mando de control y la tele es capaz de mostrar el movimiento del personaje en el escenario.
Hasta hace un par de años era un factor problemático en los televisores pero parece que los fabricantes están prestando especial atención a este parámetro y desde 2016-2017 la mayoría de modelos de gamas medias-altas incluyen modos especiales para juegos con tiempos que se sitúan por debajo de los 25 ms, en la práctica suficientemente buenos para la mayoría de usuarios.
Banding, píxeles muertos y mala uniformidad del panel
Una de las comprobaciones que debemos hacer al tener la nueva tele en casa es revisar si existen píxeles muertos y en general ver el estado del panel que acabamos de adquirir. Los píxeles muertos son, como su nombre indica, píxeles que no son capaces de cambiar de color y no responden a las órdenes del televisor permaneciendo siempre en el mismo estado, por ejemplo siempre apagados o siempre encendidos con una misma tonalidad.
El banding es un defecto que consiste en líneas generalmente verticales de un color ligeramente más oscuro o claro que el resto de la pantalla. Son principalmente visibles cuando hay un fondo uniforme de un mismo color y hay veces que van disipándose con las primeras horas de uso, pero otras permanecen para siempre empeorando considerablemente la calidad de imagen.
En cuanto a la mala uniformidad del panel, en general tiene que ver con diferencias en las tonalidades mostradas por las distintas zonas de la pantalla. Suele estar más presente en las teles de mayor tamaño (de 55 pulgadas para arriba), ya que resulta más complejo fabricar paneles tan grandes que ofrezcan una uniformidad perfecta.
¿Tengo que devolver mi tele si tiene estos defectos? Pues depende del grado en el que estén presentes y de cómo de molestos sean. Por ejemplo, no es lo mismo tener un solo píxel muerto en una esquina que 10 en el centro de la pantalla, ni tener un poco de mala uniformidad en una esquina con una tonalidad ligeramente diferente que un banding brutal con marcas muy oscurecidas que se ven a simple vista.
Ver 5 comentarios